Los datos más fehacientes que se disponen hasta la fecha sobre estos incidentes son los que aparecen en los medios de comunicación, principalmente en prensa digital. Desde que se inicia su recuento hace ochos años, y hasta la actualidad, se han registrado 342 incendios en este tipo de instalaciones.
(Fuente: https://blogsostenible.wordpress.com/2013/08/14/incencio-plantas-reciclado-plasticos-papel-residuos/).

Derivados de éstos, se pueden producir diferentes tipos de daños medioambientales:

• Deposición de partículas sobre el suelo, masas superficiales de agua y/o  vegetación de ribera.
• Contaminación de las aguas superficiales y suelo por vertido incontrolado de  los líquidos de extinción.
• Vertidos de productos peligrosos por la quema de los envases en lo que son  contenidos.
• Muerte de avifauna debido a explosiones de productos inflamables asociadas a  este tipo de accidentes…

La mayor parte, tienen lugar en instalaciones que gestionan residuos no peligrosos combustibles, así como en los puntos limpios. Entre ambos tipos de instalaciones suman más del 60% del total en las que se producen este tipo de accidentes, en torno a 220; el resto estaría conformado por chatarrerías, desguaces y otros centros similares. En términos globales, no disponemos de cifras exactas de este tipo de instalaciones, si bien por los datos que se han analizado en diferentes medios, hablamos de un gran número de instalaciones. El proceso que se lleva a cabo dentro de este tipo de infraestructuras suele ser sencillo.

En primer lugar, llegan mediante camiones, o vehículos privados de los propios ciudadanos para el caso de los puntos limpios, los residuos a planta. Estos residuos podrán ser:

• Peligrosos.
• No peligrosos.

Dentro de ambos grupos, se pueden distinguir entre:

• Combustibles.
• No combustibles.

En este tipo de instalaciones, dependiendo de la autorización que hayan obtenido como gestor de residuos (peligrosos, no peligrosos o ambos), se pueden valorizar baterías usadas, chatarras, vidrio, plásticos, papel y cartón, etc.

Posteriormente, según el tipo de instalación y los residuos admisibles, tendrá lugar el proceso de valorización: clasificación, almacenamiento temporal, tratamiento físico o químico, compactación, etc. con la finalidad de volver a dar, en la mayor parte, de los casos un nuevo uso al residuo una vez tratado.

Finalmente se almacenan a la espera de ser recogidos y transportados donde proceda.

Como se ha indicado, este tipo de actividad maneja como materia prima los residuos. Por tanto, la peligrosidad de este tipo de instalaciones dependerá del tipo de residuo tratado, del volumen de almacenamiento total admitido y de las medidas de mantenimiento, protección y prevención instaladas.

Los principales peligros de estas instalaciones son:

• Volumen de residuos líquidos almacenados.
• Volumen residuos combustibles almacenados.
• Fuentes eléctricas (trasformadores, cableado, etc.)
• Procesos realizados en su valorización.
• Negligencia de terceros.

A priori, las instalaciones con mayor peligrosidad, y que, podrán verse afectadas de un modo más agresivo en caso de producirse un incendio, serán aquellas que alberguen residuos peligrosos o no peligrosos con alto poder de combustión y en altas cantidades; el riesgo se agravará si las medidas de protección contra incendios son inexistentes, deficientes o no disponen de un mantenimiento y revisión adecuados.

¿Qué medidas deben tomar este tipo de instalaciones para minimizar tanto número como la intensidad de estos incendios?

Para minimizar este tipo de accidentes se debe tener en cuenta que:

• La instalación esté vallada.
• Exista una correcta revisión de las fuentes eléctricas: realizar termografías.
• Haya separación por tipo de residuo.
• Disponga de un adecuado mantenimiento y accesibilidad de los medios de  protección contra incendios.
• Exista un plan de emergencias interior implantando en el centro.
• Haya un mantenimiento adecuado de las instalaciones, preventivo y correctivo.
• Etc.

Siniestralidad

Con relación al reparto de dicha siniestralidad en el territorio nacional se puede comprobar una gran dispersión nacional, destacando como principales focos las Comunidades Autónomas de Cataluña, Andalucía, Madrid y Comunidad Valenciana.